martes, 22 de julio de 2008

PARÉNTESIS VERANIEGO

Bueno, ha llegado el momento de tomarme un descanso de un par de semanas, desconectándome de la red y disfrutar a tope de mis vacaciones para volver con fuerzas y seguir aportando mi granito de arena en los recursos humanos.

La verdad que estoy muy contento de lo conseguido, que es mucho más de lo previsto. En el primer
ranking de blogs sobre temas relacionados con la gestión de personas, mi blog aparece entre los 20 primeros y eso es algo que me anima a seguir adelante.

Por otro lado, he conseguido mayor participación de personas mediante comentarios que aportan tertulia y debate sobre distintos temas.
Aun me gustaría aumentar el debate; ese será mi reto para la siguiente temporada.

Creo que me he mantenido fiel a mi estilo y lo seguiré haciendo porque creo que inicialmente, nos tiene que gustar a nosotros mismos lo que hacemos para transmitirlo a los demás.

Fuera de esto, me gustaría conocer vuestro
feedback sobre mi blog indicándome aquello que creéis que falta, lo que más os gusta y sobre qué tipo de temas os gustaría que hablase.

Ahora a disfrutar y a reflexionar sobre muchas cosas para volver a partir de la primera semana de agosto con nuevos temas.

Por finalizar agradecer a los que me seguís de forma incondicional vuestra ayuda porque, sin vosotros “sus lectores”, este blog no sería nada.

¿DÓNDE ESTÁ LA OFICINA?

La flexibilidad en las empresas cada día más, es necesario aplicarla, sobretodo, en lo que respecta a nuestros empleados aunque, siempre, dentro de un mínimo control.

El futuro está en romper la barrera de los horarios rigurosos de presencia en el puesto de trabajo siempre que sea posible. Hay que “liberalizar” el sitio desde donde realizar nuestras tareas laborales. En esta ocasión no me estoy refiriendo a la modalidad contractual del teletrabajo que es otra opción. Simplemente, a dar libertad en el sitio desde el que desempeñar nuestro trabajo en función de nuestras propias necesidades. A veces, es mejor trabajar desde tu casa o desde otro lugar remoto distinto a tu oficina por distintas circunstancias. También puede surgir, incluso el hacer media jornada desde casa y la otra mitad desde la oficina.

A efectos reales, da igual porque, si tu cumples con tus tareas, debería ser indiferente desde donde las efectúes. Dotándonos de las herramientas de trabajo adecuadas, podemos efectuar nuestro trabajo desde cualquier sitio. Esto se puede extrapolar a un puesto típicamente de oficina o de atención al cliente en los que las principales herramientas de trabajo son un equipo informático y teléfono de empresa que se pueden instalar en cualquier lugar con facilidad.

A priori, os puede parecer descabellado pero, simplemente hay que experimentarlo y más trabajadores de los que pensáis se acogerán a esa flexibilidad de ubicación del puesto de trabajo. Con esto, deja de tener tanta importancia el concepto rígido de horario de trabajo, pasando a un segundo plano. Lo que más importa es cumplir con los plazos previstos para la entrega del trabajo, independientemente del número de horas que se dediquen al día desde la oficina o desde el lugar que elijas para desempeñar tu trabajo. Efectivamente, el control seguirá existiendo porque si durante una temporada larga se decide desempeñar tu trabajo desde otra ubicación distinta a la oficina, tendrás que reportar habitualmente a tu responsable sobre tus avances en tus tareas mediante alguna herramienta telemática.

Lógicamente, este tipo de flexibilidad respecto a la ubicación del puesto de trabajo es imposible a día de hoy en sectores industriales en la que la mayoría de los puestos requiere la presencia física en la fábrica por trabajar en cadenas de fabricación en las que es imposible realizar esto.

Dando esa libertad, también hay que cambiar el concepto de reuniones de trabajo ya que no es necesaria la presencia física de todos los miembros para poder realizarse. Es decir, puede hacerse vía multiconferencia en la que algunos asistentes estén presentes vía telefónica o telemática desde cualquier ubicación. Previamente, debería de haberse producido una coordinación entre los asistentes para hacerse llegar la información precisa para hacer este tipo de reuniones lo más productiva posible.

No obstante, tampoco hay que obsesionarse en deslocalizar a los trabajadores. El sentirse parte de una organización, de un grupo de trabajo,… también es necesario y reuniones periódicas deberían hacerse en la oficina o al menos, insistir en que fueran presenciales, donde todos los integrantes de ese grupo pusieran sus puntos de vista en común.

Pero volvamos a la propuesta de deslocalización de los trabajadores. Dando esta opción, se reducirán drásticamente en las organizaciones el índice de absentismo laboral, de bajas laborales, de solicitud de excedencias por diferentes circunstancias. Esto permite conciliar a muchas personas su vida profesional y familiar, sin renunciar a ninguna de estas facetas.

Los empresarios tienen que ver que, aunque ciertos trabajadores no desempeñen siempre su trabajo desde su oficina, van a poder llevar un control sobre ellos y estar al tanto de cómo van avanzando en sus tareas.

Muchos dirán que no es lo mismo, sin embargo, voy a lanzarles una pregunta ¿sabéis en todo momento lo que hacen vuestros trabajadores que están desempeñando físicamente sus tareas en la oficina? Pues a pesar de que os cueste reconocerlo, la respuesta va a ser no. Así que los trabajadores pueden “vaguear” en el cumplimiento de sus tareas, teniendo su puesto de trabajo en la oficina, en su domicilio o en una cafetería, en igual medida.

Efectivamente, la deslocalización tiene ciertos peligros, como el aislamiento del ambiente laboral, la incomunicación con sus compañeros de trabajo…

Esto son excusas porque el que las personas se sientan involucradas con sus organizaciones se pueden hacer de muchas formas, independientemente de que desempeñen su puesto de trabajo desde la oficina, haciendo eventos corporativos fuera del trabajo que incentiven el contacto entre compañeros. Incluso podríamos afirmar que muchos compañeros que están ubicados mesa con mesa en la oficina, tienen entre ellos incomunicación absoluta, por distintos motivos. La comunicación no es más fluida por tener el puesto de trabajo en la misma ubicación. Es cuestión de organizarse y coordinarse para que la comunicación sea un éxito, independientemente de la ubicación de cada parte participante en la comunicación.

No estoy diciendo que no haya complicaciones porque las tiene, sin embargo, hay que abrir la mente y estar abierto a nuevas posibilidades que van a ayudar a vuestras organizaciones a avanzar hacia el futuro. No olvidéis que hay que innovar en todo lo relacionado con el trabajo.

Debéis dotar a vuestras organizaciones de herramientas que faciliten el implantar estas medidas. Os puedo asegurar que se puede llevar un control igual de riguroso, independientemente de donde desempeñen su trabajo las personas que forman parte de vuestras organizaciones.

lunes, 21 de julio de 2008

EVITANDO MALENTENDIDOS

Cuando los departamentos de recursos humanos estamos cerrando la incorporación de nuevas personas que encajan con el perfil buscado hay que tener mucho cuidado con lo que se promete. Es decir, si se establecen pactos concretos con alguna persona incorporada hay que apuntarlos rigurosamente para acordarnos y aplicarlos en su momento. Es fundamental que haya coherencia y transparencia entre lo pactado y lo realizado con posterioridad.

Eso sí, no siempre estos malentendidos al comienzo de una vinculación laboral a una nueva organización se producen por culpa de los departamentos de recursos humanos. Hay que tener mucho cuidado cómo decimos las cosas porque luego cada persona entiende lo que quiere por muy claro que este. Por ejemplo, al incorporarse una nueva persona a la compañía es normal que, si hay plan de carrera en la misma, con evaluaciones trimestrales, semestrales o anuales, se indique que, pasado el plazo establecido para la misma, se hará la correspondiente revisión o evaluación de su desempeño.

Bueno, pues yo creo que, con esto, está claro que se le evaluará para ver qué tal fue este primer período, sin prometer nada concreto. Sin embargo, algunos recién incorporados, entienden con esto que, pasado ese plazo, se les subirá el salario, independientemente de la evolución.
Cada uno puede entender lo que quiera, a pesar de la claridad de estos mensajes.

No voy a negar que algunos profesionales de los recursos humanos usan técnicas poco lícitas, prometiendo cualquier cosa, con tal de contar con la incorporación de ciertos candidatos. Esto es perjudicial porque, tarde o temprano, van a ser conocedores del engaño, propiciando su malestar con esta compañía, que provocará finalmente su marcha.

Además, estas personas van a dar una imagen muy negativa de compañía por culpa de algunas personas que la representan.
No olvidemos que la imagen positiva o negativa de las empresas la producen las personas que las dirigen, independientemente de la compañía como ente.

Por eso, mi consejo particular a los candidatos recién incorporados a una nueva organización y a los profesionales de recursos humanos de una compañía que, en caso de llegar a acuerdos concretos sobre mejora de las condiciones laborales, pasado un plazo, se haga constar por escrito con firma de ambas partes. En este documento se debe reflejar de forma concreta los condicionantes que se tienen que producir para que lo que está plasmado en este escrito se lleva a efecto para evitar malentendidos.

Y acordaros de cumplirlo sin necesidad de que os lo recuerde el incorporado porque esto genera una muy mala imagen totalmente evitable mediante una organización rigurosa.

Estáis en vuestro derecho de exigir este tipo de documentos para salvaguardaros vuestras espaldas y evitar malentendidos posteriores, que no conducen a nada.
De la otra forma, será la palabra de una parte contra la otra.

Eso sí, los recién incorporados debéis ser coherentes y no entender aquello que más os interese. Porque después es muy fácil echar la culpa a los departamentos de recursos humanos que, lógicamente, nos equivocamos como todos y no tenemos problema en asumir nuestra culpa cuando nos corresponda.

Este tipo de malentendidos iniciales producen muchos conflictos que generan tensiones innecesarias.

Por ello, es fundamental dialogar pausadamente a la hora de cerrar las condiciones laborales, escuchando detalladamente y de forma activa a la otra parte para captar su mensaje. Y en caso de que nos genere dudas, ese es el momento de indicarlo para que no los aclaren y no a la vuelta de bastante tiempo.

domingo, 20 de julio de 2008

FORMANDO INTELIGENTEMENTE

La formación, como ya he comentado en otras ocasiones, es la clave en las organizaciones para el desarrollo de su personal.

Los empresarios se están concienciando de que sus trabajadores tienen que recibir formación sobre aspectos relacionados con su puesto de trabajo como técnica de reciclaje, para ir avanzando al mismo ritmo que evoluciona el sector empresarial. Formarse o morir es la idea.

La clave del futuro está en invertir en planes de formación individualizados para las diferentes personas de la organización. Hay que prestar atención a las necesidades de desarrollo profesional de los trabajadores. Pienso que es fundamental prestar más atención a la necesidad de retener el talento que tenemos en nuestras empresas.

Una buena forma de hacerlo es no limitar la formación que reciban los trabajadores a lo que se ciña a sus puestos específicos de trabajo. Tampoco es cuestión de que se formen en algo totalmente diferente. Hay que buscar el consenso. Esto lo lograremos haciendo un seguimiento de todos los trabajadores, con reuniones en las que nos cuenten hacia donde quieren orientar su carrera dentro de nuestra compañía y, así, trazar las acciones formativas que les ayuden a ello para estar en progreso constante.

Por ejemplo, un programador informático que trabaje en un proyecto de “.net” puede querer recibir formaciones a través de su organización relacionadas con otros lenguajes de programación más punteros (Java, J2EE, etc.) que no tengan que ver con su puesto específico de trabajo y que tampoco lo necesita para el desempeño de su tarea, sin embargo, tienen relación directa con la actividad de sus puesto. La formación va a ser clave para la evolución de nuestros trabajadores.

Esto va a permitir, por un lado, cumplir con las expectativas de desarrollo de ese trabajador, que tiene inquietud por conocer esos lenguajes y, por otro lado, vas a incentivar la polivalencia entre tus trabajadores, debido a que este tipo de trabajadores podrán aportar un valor extra a tu compañía.

Estás invirtiendo en tu compañía, a la vez que innovas en el tipo de justificación para realizar determinada acción formativa. En caso de que tu respuesta a las señales que te envían tus trabajadores sea negativa, el que más va a salir perdiendo vas a ser tú, porque estas personas, finalmente abandonaran la compañía para irse a otra que escuche y se amolde a sus necesidades, no solo formativas, sino también de desarrollo.

Si por el contrario decides decir que sí, te va a permitir ir formando cantera para determinados puestos, aunque no tengas vacantes y cuando surjan, los tendrás en tu propia compañía. Estos trabajadores no te están solicitando que les des determinado puesto sino que tienen inquietudes de formarse para llegar a el siendo conscientes de todo lo que tienen que aprender. Obviamente si les escuchas y llegáis a un acuerdo, van a continuar contigo y estarás invirtiendo en el futuro de tu compañía.

Tenéis que amoldaros a cada trabajador, dentro de lo posible, prestando mayor atención a las personas que tengan gran potencial y que aporten un valor extra a vuestra organización. Hay que escucharles y darles alternativas que cumplan sus necesidades y expectativas formativas. Al principio, puede parecerte una locura, sin embargo, con posterioridad lo veras claro. Hay que evolucionar al mismo ritmo que las necesidades formativas de las personas que están constantemente cambiando.

sábado, 19 de julio de 2008

¿SON LOS COMPAÑEROS, VERDADEROS COMPAÑEROS?

En la sociedad actual, es raro ver actos de compañerismo en el ámbito laboral. Tendríamos que recordar, no obstante, el dicho popular, hoy por mí y mañana por ti. Sin embargo, cada vez más, las personas vamos a lo nuestro, sin preocuparnos por los demás. Nos estamos deshumanizando a marchas forzadas y esto no es nada positivo.

La gente es, hoy en día, muy individualista y egoísta, sin importarles el resto de las personas que están a su alrededor. Hace tiempo, en el ámbito laboral, cuando necesitabas ayuda, sin pedirla, te la brindaba algún compañero sin problema.

Actualmente, ya te pueden ver en apuros con algún asunto que no van a salir espontáneamente a ayudarte, salvo pequeñas excepciones. Es más, aunque la solicitemos, más de un compañero nos la va a negar, buscando excusas de lo más variadas sin base alguna. En cierta manera, las personas actúan así porque en más de una ocasión ellos han necesitado ayuda y nadie se molesto en prestársela.

Pero esta actitud no se queda en el ámbito laboral exclusivamente. Desgraciadamente, se puede extrapolar a cualquier faceta de la vida. Porque hoy en día, si tienes algún percance en la calle, pocas son las personas que te ayudan. Y digo yo ¿Cuándo vamos a reaccionar? Esto no es beneficioso para ninguno de nosotros; estamos llegando cada vez más lejos y no quiero ni pensar hasta donde seremos capaces de llegar en nuestro despropósito.

Nos necesitamos unos a otros, por mucho que nos parezca que no. Por muchos avances tecnológicos que puedan seguir viniendo, precisaremos contar con los demás para poder proseguir adecuadamente. Obviamente, no me estoy refiriendo a ser amigo de todo el mundo porque esto es imposible; la amistad se tiene que demostrar día a día, en lo bueno y lo malo. Me refiero a ser un buen compañero, brindando nuestra ayuda a otro compañero de forma espontánea cuando veamos que está en apuros porque algún día podemos estar nosotros en su lugar. Aunque a ti no te haya ayudado nadie en un momento de necesidad, no puedes pagar a los demás con la misma moneda porque quizás ellos te hubiesen ayudado de haber estado allí. Comportarnos como la mayoría no nos hace mejores porque entramos en su juego justificando actitudes inhumanas antes las necesidades de otros.

Por ejemplo, los comienzos en una nueva organización no son fáciles; a pesar de tener una experiencia profesional previa, no sirve demasiado al inicio. Porque cada organización es un mundo distinto y necesitas adaptarte a su forma de trabajar, necesidades, requerimientos, políticas, etc. Es muy recomendable que alguien te inicie en esto, ayudándote a una adaptación rápida que te hará evolucionar rápidamente. No me estoy refiriendo a la acogida inicial, sino a la toma de contacto con tu trabajo, tareas, clientes, etc.

Lógicamente a todo se sobrevive y muchas personas constantemente tienen que hacer la adaptación drásticamente a golpes porque nadie de sus compañeros de profesión tiene el detalle de ayudarles en los comienzos. Hoy en día, vemos a nuestros compañeros como competencia pero soy de la opinión de que estamos equivocados; todos estamos en el mismo barco, aunque no lo creamos y deberíamos ayudarnos.

Tiene que haber un cambio radical y volver a la época del compañerismo, desterrando al triunfal individualismo que tan poco nos esta ayudando. Lógicamente la individualidad es necesaria para algunas cosas y no estamos diciendo que desaparezca sino que se complemente de forma adecuada con el compañerismo.

VALORANDO EL TRABAJO

Como ya he manifestado en otras ocasiones, las organizaciones, a parte de incorporar nueva sabia a sus filas, tienen que prestar más atención en cuidar a las personas que ya están con ellos, para no perder ese talento.

No todas las personas son iguales, así que habrá que cuidar con más esmero y dedicación a las que aportan mayo valor a la compañía. Que no se me mal interprete; esto no quiere decir que no haya que cuidar al resto, sin embargo, hay que hacerlo de otra manera, no tan individualizada.

A nivel de ejemplo, no se puede medir con el mismo rasero a las personas de una compañía que tienen que viajar constantemente que a los que están siempre en la oficina sin necesidad de desplazarse. A las primeras habrá que recompensarles el sacrificio que les supone estar fuera de su casa constantemente, a parte de la mayor inversión de horas que este trabajo les supone. Hay muchas formas de poder incentivarles (abonarles algún plus o bono en sus nominas, darles días extras de vacaciones, ser más flexibles con ellos, etc.).

En caso de que no se haga nada, va a provocar un agravio comparativo grave. Hay que tener en cuenta las circunstancias particulares de desempeño que se le requiere a cada trabajador y, en función de eso, actuar en consecuencia.

Igualmente, las compañías deben dar valor añadido a las personas que forman parte de ellas que hacen más de lo que requiere su puesto o que se sacrifican o esfuerzan más allá de la media del resto de trabajadores. Están aportando un valor extra que les hace distintos, a la vez que especiales. Esto hay que saberlo recompensar en la medida adecuada dando más de lo que esperan. Está claro que este tipo de esfuerzos uno los tiene que hacer sin espera nada a cambio, sin embargo, pasado un tiempo, la empresa lo dará por hecho y, esta asunción, hará que el trabajador se “queme” y, posiblemente, deje de hacer su trabajo en condiciones. Así que para continuar recibiendo ese extra de estos trabajadores, la empresa tendrá que darles algo a cambio; no se tiene que olvidar que no tienen ninguna obligación de hacerlo. Es más, si ven que se les trata igual que a los compañeros que no aportan ese valor extra van a ver que da igual hacer más que no y esto es muy negativo.

No todos los trabajadores son iguales y por ello hay que diferenciarlo. No puede significar lo mismo aportar algo extra que no porque entonces estamos incentivando la mediocridad entre nuestros trabajadores. Queremos personas que marquen la diferencia, que sobresalgan por su talento y desempeño, premiándolo como se merece.
Los responsables de equipos tienen que reportar constantemente los esfuerzos de los miembros de sus equipos para sacar a delante los diferentes proyectos. No es suficiente con dar un palmadita en la espalda, dando las gracias sino que hay que demostrar con hechos ese agradecimiento para que les compense. No se puede tratar igual a los que se esfuerzan que a los que no.


Lógicamente, a los que no aportan nada extra, no les va a gustar nada este tratamiento diferenciador, sin embargo, si quieren conseguirlo, ya saben el camino a seguir para lograrlo. Para prosperar dentro de una compañía hay que esforzarse y deben llegar a lo más alto de los escalafones aquellos que más valía y talento tienen por si mismos. El llegar por otros medios a puestos de responsabilidad en los que influyeron otros factores subjetivos, desmotiva a los talentosos, haciendo que abandonen vuestra organización por no sentirse bien tratados. Si las personas de mayor valor nos abandonan, algo estamos haciendo muy mal.

Cada vez más, las personas exigen que se les incentive por los esfuerzos que realizan como tiene que ser.

Por otro lado, en pleno siglo XXI las organizaciones tienen que aportar al trabajador, a parte de la remuneración, otro tipo de beneficios sociales que hagan que, la compañía en su globalidad, sea más valorada.

Creo que lo más adecuado es establecer distintos paquetes de beneficios sociales en la misma compañía. El acceso a los distintos tipos de beneficios tiene que ser por distintos criterios. Por ejemplo, dar el paquete mejor a los que más valor aportan, etc. Esto va a ayudar a darle mayor valor a los beneficios sociales. Porque de esta forma se van a valorar adecuadamente. Porque si nada más entrar a una organización todos los empleados acceden a los mismos beneficios lo dan como algo hecho al que no le aportan ningún merito. Exclusividad significa prestigio. Cuanto más cueste acceder a las cosas más se valora.

Hay que marcar la diferencia en los incentivos o beneficios sociales porque no pueden tener todos los trabajadores los mismos. Habrá que establecer prioridades y dar más a los que más aporten independientemente del puesto que ocupen. No por ocupar mayor puesto en el escalafón tienen que recibir más incentivos.


De todas formas antes de implantar ningún beneficio social en vuestra compañía debéis escuchar a los trabajadores para ver que es lo que solicitan para amoldarnos a sus necesidades. Tienen que verlos útiles para ellos porque sino de nada sirve.

¿QUÉ HACEMOS?

Los departamentos de personal no van evolucionando en la misma línea ni con la misma rapidez que lo hacen las personas a las que tienen que gestionar. Muchos departamentos consideran a los trabajadores como meros recursos a los que aplican un número de serie como si de un producto se tratase.

Muchas veces, el problema viene también por que las personas que conforman nuestra compañía no tienen ni idea de qué hacemos en el departamento de personal. Tampoco los integrantes de este departamento nos preocupamos demasiado en transmitírselo de forma adecuada. Por
lo tanto, si nuestro “cliente principal” (las personas de nuestra compañía) no saben lo que hacemos ¿Cómo van a acudir a nosotros?

Con esta panorama, no van a venir al departamento de personal porque desconocen por completo si podemos ayudarles y en qué en concreto. Así que, ante la duda, nos desechan como alternativa y esto es muy peligroso.

Hace no demasiado hicimos un experimento en nuestro departamento de personal lanzando las siguientes preguntas a todos los trabajadores:

1.- ¿Qué hacemos el departamento de personal?

2.- ¿Qué esperas de nosotros?


A la primera pregunta las respuestas eran muy clarificadoras, a la vez que sorprendentes, desde el punto de vista negativo a la vez que realista. Un bloque mayoritario de respuestas era “enviáis emails, confirmáis vacaciones y alguna cosa más”. Otro bloque abundante era “está claro que algo hacéis porque estáis 4 personas, aunque no sabríamos deciros muy bien el que”. Por último un grupo de respuestas más minoritario nos indico que
“llevábamos la gestión del personal”.

A este grupo les preguntamos que nos concretasen qué entendían por gestión del personal y nos contestaron “
hacéis entrevistas, confirmáis vacaciones, resolvéis dudas sobre nominas y procedimientos, echáis broncas y en algunos casos, echáis a personas”.

Esto demuestra que la casi totalidad de los miembros de nuestra compañía tienen la percepción de que solamente hacemos labores puramente administrativas, necesarias pero que no aportan ningún valor añadido que nos haga ser estratégicos, desde su punto de vista.

A la segunda pregunta había dos bloques de respuestas. El mayoritario indicaba que no esperaban nada en concreto. El segundo bloque de respuestas era que no sabían qué podían esperar de nuestro departamento. Es decir,
no tienen expectativas sobre nosotros. Por lo tanto, no podemos cumplir o superar sus necesidades y expectativas porque las desconocemos.

Esto viene a confirmar que necesitamos hacer marketing interno para llegar a las personas que debemos gestionar para que conozcan lo que hacemos en realidad y que puedan darle el valor que se merece. Debemos dar charlas con mensajes claros que nos hagan llegar a ellos; esto nos dará valor.

Soy de la opinión que los departamentos de recursos humanos tenemos que estar cercanos al resto de trabajadores, mostrándonos receptivos a sus señales. Tienen que vernos como el departamento de gestión de personas al que pueden acudir cuando tengan alguna necesidad a este respecto. Tienen que sentir que somos imparciales para que acudan a nosotros porque, como perciban que defendemos más la postura empresarial, no confiaran en nosotros. Debemos de gestionar adecuadamente, ayudándoles a buscar la solución más beneficiosa para todas las partes.

Pero nuestra función bipolar no nos tiene que dejar solamente en el lado de los trabajadores. También habrá que saber llegar a la dirección de la compañía para que entiendan que éste es el camino adecuado para llegar al potencial principal de nuestra compañía, que es el talento de la misma, representado por las personas que la integran.

La dirección, en muchos casos, sólo está interesada en el coste y aquí reside el error. Debemos explicar que el buen funcionamiento de una empresa no se termina con la contratación de una persona y su puesta en servicio. Hay que estar al tanto. Nosotros seremos quien escuche a los trabajadores y transmita a dirección las necesidades. Pero también, dirección nos indicará qué debemos comunicar al resto de trabajadores.

Tenemos que hablar el mismo lenguaje que las personas de nuestra compañía y movernos en la misma frecuencia.

viernes, 18 de julio de 2008

¿POR QUÉ NO SE COMUNICAN LAS COSAS INTERNAMENTE?

Las cúpulas directivas de las organizaciones no están concienciadas de la necesidad de establecer una comunicación fluida internamente a todos los niveles.

Olvidan que lo que se comunica, hay que cumplirlo; sino el efecto que produce es peor que no comunicarlo. La dirección, a veces, se crece ante la multitud y se le va la fuerza por la boca. Suele ocurrir que lo comunicado no se corresponde con lo que posteriormente se lleva a cabo. Esto desmotiva a las personas que integran las empresas; les genera incertidumbres al no corresponderse lo dicho con lo realizado.
Los empleados quedan defraudados y con muchas actuaciones de este tipo llegara un momento en que dejen de confiar en su empresa por culpa de ella.

Igualmente, la dirección de las compañías tiene un miedo atroz a hacer comunicados oficiales sobre las cosas que van aconteciendo en la misma, sean positivas o negativas y que afectan a todas las personas que las integran. Lógicamente, no es necesario dar mil explicaciones; con un comunicado escueto y concreto es suficiente.

Además, no olvidemos que, en las compañías, todo se sabe a pesar de no producirse la comunicación oficial. Suelen estar los que hablan más de la cuenta y van confiando en su equipo o amigos, que a su vez, difunden aquello que se les ha contado y así, sucesivamente.

Aunque siempre sorprende a los directivos que la vox populi esté al corriente (aproximadamente) de lo que pasa, tampoco ponen medidas para frenarlo. Prefieren hacer la vista gorda e ignorar la realidad. Para acallar rumores infundados, deberían comunicar los hechos veraces. Sin embargo, posponen sine die la comunicación. Mientras tanto, los dos canales informales por excelencia, Don Cotilleo y Doña Rumorología, van haciendo de las suyas. Sin darse cuenta que, de esta manera, la compañía no controla la información que se transmite y en la que muchas veces hay más de incierto que de cierto. Es precisamente a través de estos canales que se exagera la información y ante la falta de datos se van añadiendo otros nuevos, para darle más intriga, sin importar que sean o no ciertos.

Cuando son las personas de la compañía las que se van pasando la información de unos a otros por filtraciones de algún tipo es cuando se produce el efecto “del teléfono roto” en donde el mensaje efecto del rumor al principio es uno y cuando llega al último miembro de la compañía es otro totalmente distinto debido a que cada persona lo transmite de una forma distinta y conforme va pasando de boca en boca se va perdiendo información y se añade otra nueva. Al final puede llegar hasta convertirse en una leyenda empresarial que va pasando de empresa en empresa sin ser cierta.

Esto desune a los miembros de una compañía porque hace que tengan que recurrir a estos canales contraproducentes porque su empresa les tiene desamparados a nivel comunicativo, provocando que las personas que la integran tengan la sensación de que no les considera importantes; se enteran de las cosas que les afectan por cualquier medio menos por su organización de forma oficial. Esto es la cultura de la incomunicación donde reina el desconcierto y los trabajadores se enteran de las cosas que les afectan cuando se cambian. Imaginemos como le sentaría a un trabajador que llega un día a la zona que alberga su puesto de trabajo y se la encuentra de obras sin habérselo comunicado previamente. Puesto esto ha pasado en más de una organización.

Las cosas que afectan a todos los integrantes de la compañía hay que comunicarlas antes de llevarlas a efecto para que las personas se sientan parte de la misma. Este tipo de acciones unen y vinculan a los trabajadores a sus compañías.

Otra cosa muy habitual es que los responsables de las compañías toman decisiones sobre las personas sin contar con su opinión porque les consideran como algo más de su propiedad. Y no pueden olvidar que son personas y que se gestiona esto y no recursos. Por lo tanto, antes de tomar decisiones que les afecten como cambiarles de proyecto, de equipo, etc.; hay que hablarlo con ellos para ver qué les parece e informales con tiempo suficiente, a pesar de que la decisión ya puede estar prácticamente tomada.

No se pueden dar las cosas por hecho y que se enteren los trabajadores de cambios que les afectan por terceras personas y en última instancia. Esto significa que les importamos poco a nuestras empresas o, al menos, no lo demuestran de forma adecuada.

A veces tenemos la sensación de que en un equipo hay comunicación porque están sentados juntos y esto es un error. La comunicación hay que potenciarla poniendo todos de nuestra parte para que fluya en todos los sentidos. El responsable de equipo comete el error de dar información específica del área del departamento que le interesa a cada miembro del mismo, es decir, les transmite un parte muy limitada. Sería más beneficioso que les contase la globalidad de la información que afecta a su proyecto o departamento para que tuviesen una visión más detallada de la importancia de lo que hacen. A las personas que trabajan en las compañías hay que dedicarles tiempo. Porque de nada sirve que la cúpula directiva diga que los integrantes de su compañía son importantes si luego no lo demuestra en la realidad.

No olvidéis que las compañías son marionetas, cuyos hilos son manejados por personas que pueden conseguir organizar la madeja de hilos porque hay coherencia entre lo que se dice que son y lo que son. Sino lo más que consiguen es enredar esa madeja de forma que este ente no avance y vaya dando pasos en falsos por no corresponderse los dicho con lo hecho.

Debéis romper este miedo y comunicar las cosas oficialmente para evitar malentendidos. De esta forma las personas que conforman la compañía se van a sentir parte de ella porque verán que se les tiene en cuenta y que son los primeros en conocer lo que afecta a la misma de primera mano. Las personas no son ingenuas y son más astutas de lo que piensan sus organizaciones. Depende de vosotros tenerlas a vuestro lado o no.

La empresa dice más por lo que no comunica que por lo que comunica. Así que cada organización saque sus propias conclusiones sobre su situación. Las cosas pueden cambiar, solamente hace falta comenzar a hacerlo paso a paso hasta llegar a dar un cambio radical que se amolde a lo que necesite vuestra compañía.

martes, 15 de julio de 2008

SALIR POR LA PUERTA GRANDE

Cuando decidís causar baja de vuestro actual empleo no debéis olvidar quedar bien en está empresa dejando las cosas de vuestra competencia resueltas para evitar problemas.

Obviamente, cada uno tenéis que mirar por vuestros intereses y valorar qué es lo que más os conviene teniendo en cuenta todos los pros y contras. Las oportunidades aparecen cuando menos lo esperáis y, lógicamente, requiere tomar una decisión rápida, sin olvidar meditar pausadamente durante un tiempo prudencial para no precipitarse.
La empresa que esté interesada de verdad por vosotros esperará un par de días hasta que penséis qué hacer.

En caso de que la mejor opción sea renunciar a vuestro actual trabajo antes de pactar la fecha de incorporación en la nueva organización, debéis aseguraros del plazo de preaviso que estipula el convenio colectivo de vuestra empresa. Normalmente suelen ser 15 días, aunque según el convenio, pueden ser días naturales o laborables. No hay obligación de cumplirlo; eso sí, en caso de incumplirlo se os penalizará por los días de preaviso incumplidos por vuestra parte.

No podéis alegar que desconocíais que existía determinado plazo con el que avisar al causar baja voluntaria y que la empresa os debió informar.
Es responsabilidad de todo trabajador conocer este tipo de información. No olvidéis que el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento para todo tipo de normativa.

La mejor opción
es negociar con tu empresa la fecha de salida que mejor os viene a las dos partes ya que no interesa que ninguna de las partes salgáis perjudicadas.

Como decía al principio, soy de la opinión de que debéis quedar bien en todas las empresas por las que paséis a lo largo de vuestra trayectoria profesional a la hora de causar baja por vuestra propia voluntad de las mismas. El mundo es muy pequeño y la vida da muchas vueltas y nunca sabéis si en algún momento necesitareis volver a alguna de las empresas anteriores. Por lo tanto,
debéis dejaros las puertas abiertas ya que no conviene irse por la puerta pequeña de una empresa.

Debéis demostrar que sois buenos profesionales competentes hasta el ultimo minuto que forméis parte de una organización. Por lo tanto, debéis cercioraros de que todos los asuntos profesionales urgentes están resueltos o puestos en manos de otros compañeros que los finalizarán adecuadamente. Si cuando os sale una oportunidad profesional mejor, es un momento crítico, laboralmente hablando, para vuestra compañía actual,
deberéis ser consecuentes y negociar con ambas organizaciones para no perjudicar a ninguna.

La nueva organización os va a meter prisa para que os incorporéis cuanto antes. Sin embargo, no os dejéis presionar por esto porque tiene que entender la nueva compañía que a veces no es posible incorporaros con tanta celeridad. Debéis dejar todo resuelto en vuestro trabajo actual. También es importante
que así se lo hagáis ver a vuestros responsables actuales para que sean conscientes que vais a finalizar los que tengáis comenzado con ellos y así no os podrán reprochar nada profesionalmente hablando.

Es importante hacerles ver las razones por las que decidís abandonar la organización para evitar suspicacias de cualquier tipo. Este tipo de cosas las debéis comunicar directamente a vuestros responsables, dando la cara y no ir por la espalda. Hay que ser valiente y afrontar esto con madurez.
Deberíais ser coherentes con nuestros actos y comportamientos.

Luego hay que entregar todos los útiles de trabajo propiedad de la compañía antes de abandonar la organización.

Tenéis que dar importancia a estos detalles que inicialmente muchas veces pasamos por alto y que más tarde nos pasan factura por no haber actuado según el protocolo correcto a la hora de abandonar una empresa anterior.

Nunca sabéis si vais a necesitar algo de ellos. Imaginaros que vuestra nueva aventura profesional sale mal y necesitáis solicitar cartas de referencia o favores profesionales a vuestras anteriores compañías. Si quedasteis bien no van a tener ningún inconveniente en hacerlo. Eso sí, si os portasteis como profesionales incompetentes al marcharos de la misma no esperéis su ayuda porque quizás os pagarán con la misma moneda, pudiendo llegar a dar hasta malas referencias.
No hay que escatimar el hecho de que los empresarios tienen mucha relación unos con otros y todos se conocen directa o indirectamente de alguna forma.

Vosotros exigís que vuestra compañía actual os finiquite correctamente abonándoos todo lo que os corresponde como es lógico. Pues ella os solicita que obréis en consecuencia. Tiene que haber cordialidad y buena voluntad hasta el último momento. Siempre que haya buena voluntad por la otra parte debéis actuar en consonancia. Dos partes no confrontan si una no quiere.

lunes, 14 de julio de 2008

¿NOS HACEN PERDER EL TIEMPO?

Cada día es necesario saber gestionar mejor nuestro tiempo; es muy valioso aprovecharlo y no perderlo en cosas sin importancia.

A pesar de que esto lo tenemos todos muy claro, ciertas organizaciones y personas insisten en hacer perder el muy valioso tiempo al resto. Está muy bien si ellos quieren perder el suyo sino conlleva hacérselo perder también a otros profesionales u organizaciones.

¿Cuántos candidatos envían su candidatura a puestos para los cuales no encajan con el perfil por no cumplir los requisitos imprescindibles? Son descartados inmediatamente, no porque se tenga nada personal contra ellos, sino porque no se ajustan al perfil necesario. Esto hace perder mucho tiempo a los departamentos de recursos humanos, en filtrar los CV que sí cumplen el perfil. Los candidatos piensan que si no envían su candidatura el no ya lo tienen, así que no pierden nada. Es probable que no se cumpla alguno de ellos pero son los que sí que se cumplen los que pueden hacer que a pesar de tener alguna flaqueza, tu perfil sea interesante.

Otra cosa muy distinta es no cumplir del perfil en absoluto. Pienso que es negativo para ese candidato, al optar a un puesto para el que no encaja. Si te interesa mucho entrar en esa organización, debes hacerles llegar tu perfil mediante autocandidatura para que lo incluyan en su base de datos y puedan tenerte en cuenta cuando busquen un profesional para los puestos en el que tu perfil encaje.

Alguno de estos candidatos incluso se enfada si la organización no se pone en contacto con ellos. En este caso, tienen que entender que es inoperativo que el departamento de recursos humanos llame o escriba a todas las personas que se han interesado por una oferta en la que que no cumplen para nada con el perfil. Muy distinto es cuando ya habéis participado activamente en alguna fase del proceso porque, en este caso, deben de hacerlo si son buenos profesionales quienes llevan a cabo el proceso de selección.

Hay empresas que insertan ofertas de trabajo inexistentes de cara a obtener diferentes perfiles de candidatos que usarán para diversos fines, como hacer una base de datos de candidatos para ofrecer a otras organizaciones, para campañas comerciales o promociónales de diversa índole, etc. Normalmente, suelen ser ofertas demasiado generales que parece que dicen mucho y en el fondo no dicen nada. En más de una ocasión, se pondrán en contacto con vosotros para que les enviéis un CV más actualizado. Otras veces, os llamaran para realizaros una pequeña entrevista telefónica en la que no os indicaran para que puesto os llaman, indicándoos que tienen que encajar vuestro perfil haciéndoos preguntas rutinarias sobre distintos aspectos de vuestro CV.

No olvidéis que, siempre que os llamen para citaros a alguna entrevista, se tiene que identificar la persona que os llama, diciéndoos de qué empresa llama y para qué puesto es la entrevista. Sino os indican ninguna de estas tres cosas, habrá que desconfiar. Cuando os llamen de consultoras de recursos humanos os dirán todo, menos la empresa para la cual realizan la selección, sobre todo en la primera fase del proceso, porque en la última fase del mismo, siempre la indican.

Otra cosa es que en el anuncio indiquen que la finalidad de la oferta es obtener distintos perfiles para futuros procesos de selección; cuando se va con la verdad por delante no hay ningún inconveniente. El problema viene cuando te engañan, haciéndote pensar que lo envías para un oferta concreta, que en realidad, es ficticia. Por eso, es recomendable que apuntéis todas las ofertas concretas a las que hacéis llegar vuestra candidatura para poder verificarlo cuando os llamen.

Otras veces, te llegan a citar a entrevistas de trabajo en las que te hacen diversas pruebas en las que nunca te concretan demasiado sobre le puesto en si, dejando todo muy abierto. Es más, suele pasar bastante tiempo de una entrevista a otra y, cuando supuestamente estas en la fase final, nunca más vuelves a saber de ellos; pasado un tiempo no muy largo, vuelves a ver esa misma oferta buscando nuevos candidatos. La finalidad es diversa, aunque suele tener en la mayoría de las ocasiones una finalidad promocional de cierta organización nueva que necesita darse a conocer por diferentes canales y éste es uno más.

Alguna vez puede ocurrir que cierta organización tenga iniciado un proceso de selección, con las fases del mismo comenzadas y que, por distintas razones internas, se suspenda el mismo. En este caso, siempre avisan a los candidatos para comunicárselo, indicándole que cuando se vuelva a reanudar se pondrán de nuevo en contacto con ellos. En más de una ocasión, en las empresas se hacen mal las previsiones de necesidades de personal que provocan este tipo de malentendidos por una falta de organización y coordinación interna.

También tenemos aquellos candidatos que encajan con el perfil buscado y que participan activamente en el proceso de selección porque a la organización le interesa y que llegado a determinada fase del proceso sabe claramente que la oferta no encaja con lo que busca. Bueno pues en vez de ser claro y comunicárselo a la organización, muestra interés, llegando a la fase final del proceso y en ocasiones incluso se le ofrece el puesto; es en este momento que agradece el interés por él pero notifica que no es lo que busca en este momento. Esto, es hacer perder el tiempo con alevosía y premeditación. Este tipo de candidatos se sorprenden y critican esta actitud cuando una organización actúa así con ellos. No olvidéis que, tarde o temprano, encontraréis zapato a vuestra medida que os de a probar la misma medicina que en alguna ocasión usasteis vosotros.

Por finalizar, algunas empresas inician un proceso de selección externo o interno a través de promoción interna para intentar cubrir determinado puesto en la organización por hacer el teatro porque, en realidad, el puesto ya está asignado; simplemente pretender justificar, de cara al exterior, que se hizo el oportuno proceso selectivo y que esa persona fue la más valida. No penséis que los miembros de vuestra organización son ingenuos porque, tarde o temprano, todo se sabe y os va a traer muy mala prensa.

Si por determinada circunstancia queréis dar un puesto a determinada persona es preferible hacerlo directamente, sin ningún tipo de falsedad, porque es lícito hacer esto. De la otra forma, estáis jugando con el tiempo y el interés de otras personas que creen en ese proceso que montáis y que les hará pasarlo mal.

Este tipo de estrategias, no os van a beneficiar y, tarde o temprano, os van a pasar factura porque al final todo sale a la luz.

Por lo tanto, comportémonos como verdaderos profesionales, jugando con todas las cartas encima de la mesa, siendo claros y sinceros, sin usar artimañas que confundan a la otra parte con la finalidad de utilizarla. Con vuestro tiempo podéis hacer lo que queráis pero no es ético jugar con el de los demás. Así que debéis aseguraros de en dónde vais a invertir vuestro tiempo para no perderlo.

domingo, 13 de julio de 2008

UN MES DE EXPO

Mañana hace un mes que se inauguró la Expo Zaragoza 2008 y podemos hacer balance de como está funcionando. El pasado 21 de junio, escribía un post sobre la organización de la Expo, a nivel de la gestión de personas, en las que la desorganización era lo que predominaba.

Hoy, como un domingo cualquiera se me ha ocurrido ir de nuevo a la Expo para continuar viendo los diferentes pabellones y espectáculos.
Sin embargo, aunque la finalidad principal de mi visita es disfrutar, no puedo dejar de fijarme en la organización de la gestión, por deformación profesional; ya lo sé, soy un caso.

En comparación con la anterior visita, puedo comentar que, por ejemplo, se han dotado de más máquinas de Fast Pass para poder sacarse la cita previa para los diferentes pabellones más solicitados. La idea no es mala, teóricamente.
El evitar hacer fila en los diferentes pabellones siempre es atractivo, pero no hacemos nada si las filas las pasamos del pabellón que sea a las máquinas de Fast Pass.

Eso sí, de poco sirve, cuando, sorprendentemente, hoy muchas de las máquinas de Fast Pass estaban estropeadas y, por lo visto, ya llevan varios días sin funcionar, así que nos quedamos igual que la primera vez que fui.


Enormes filas en las máquinas. Por lo menos, en esta ocasión había un empleado en cada máquina para ayudar a los visitantes en el funcionamiento de las mismas, que en mi anterior visita, no ocurría. Por lo tanto, alguna cosa ha mejorado.

Sin embargo, es lamentable la mala organización de las filas que se forman y del sistema de Fast Pass. Se supone que este sistema era para agilizar las esperas. La idea está bien pero no funciona como debería ser. No olvidemos que a la entrada, se forman largas filas que se eternizan porque todo el mundo lleva mochilas que han de pasar por el scanner. Por lo tanto, son dos filas al principio: la de la entrada y la de la máquina de Fast Pass. Y yo me pregunto ¿no hubiera sido mejor unificar ambas? A la vez que te validan la entrada podrían facilitarte hora para uno de los pabellones de más aforo.


Hoy, por fin, conseguí entrar al pabellón de España, para el cual hay filas imposibles y en el audiovisual había varias filas vacías de gente que no acudió. Pues bien, la lógica nos dice que los empleados que gestionan el flujo de visitantes deberían haber cubierto esas plazas libres con personas que esperaban para acortar las esperas. Eso demostraría demasiada profesionalidad. Esas dos filas se quedaron vacías. ¡Qué más da! ¡Que la gente espere!

Para empeorar las cosas, el pabellón de España “va por libre”. Tiene un sistema de Fast Pass independiente del resto, algo que no entiendo;
debería haber una homogeneidad y funcionar todos los pabellones a través del mismo sistema.

Hoy también, después de esperar un buen rato, conseguí entrar al pabellón de Kuwait y cual es mi sorpresa que, en la fila de espera, detrás de mi había un grupo de voluntarios y trabajadores de la Expo, que en su turno de trabajo estaban visitando los pabellones. Los voluntarios y personal en uniforme EXPO, tienen terminantemente prohibido visitar los pabellones. Quiero pensar que es algo puntual. ¿Dónde están los controles de sus coordinadores?
Y mientras tanto, muchos visitantes están desubicados mientras los trabajadores se divierten. ¡Qué bien!

En los puntos de información, ésta brilla por su ausencia. Por ejemplo, preguntes lo que preguntes de los medios de transporte de la muestra, no tienen ni idea, eso sí, la sonrisa y la amabilidad no les falta, sin embargo,
si ellos no saben este tipo de cosas ¿quién va a hacerlo? A este paso cuando acabe la muestra será cuando lo tengan todo aprendido.

Aunque no quieran reconocerlo, está viniendo menos gente de otras provincias y países de lo que se esperaba. En el primer mes, el 70% del total de visitantes son locales, de Zaragoza y su provincia. Los elevados precios de las plazas hoteleras y el escaso marketing hecho durante los meses previos al inicio de la muestra, no han ayudado.
El trabajo previo es fundamental y si no se hace bien pasa esto.

Para rematar, este mediodía con todo el sol, he visto a una pobre trabajadora en unos nuevos puntos de información móviles, al sol y sin traje corporativo de la Expo. Esto es prevenir los riesgos laborales de los empleados. El miércoles pasado, el primer día que se ponía en marcha el tercer acto del espectáculo del Hombre Vertiente, en la que el actor principal vuela entre el publico. Volar, voló pero se estrelló contra el suelo y actualmente se encuentra recuperándose en la UVI del hospital Miguel Servet de Zaragoza. Afortunadamente, va mejorando aunque aun está grave. De momento, el espectáculo esta suspendido.
Habrá que investigar qué pasó aunque de momento no han dado datos de por qué se produjo.

He hecho mucha crítica constructiva, pero, para aquellos que no lo hayan hecho hasta ahora, merece la pena acudir a la Expo
. Sin embargo, hay que ir con una dosis extra de paciencia para no desesperarse. A nivel de gestión de personas, la muestra no demuestra mucha profesionalidad, pese a que han tenido tiempo para prepararse. No me vale que, con tanto volumen de visitantes, no se pueda conseguir. Es precisamente en los días de más afluencia de personas cuando se ve si a nivel organizacional funcionan las cosas correctamente. Hace no muchos días un periódico extranjero criticaba que era muy complicado encontrar trabajadores y voluntarios de la Expo que hablasen inglés para los visitantes de otros países. A los voluntarios no se les puede exigir este requisito pero los encargados de hacer la selección de trabajadores debieron de pasar esto por alto.
Sin omitir la dificultad de encontrar este tipo de perfiles para un evento temporal, no es imposible.

Creo que alguien tendrá que asumir su parte de responsabilidad porque quedan dos meses de muestra y como no se comience ya a mejorar vamos a dar una imagen lamentable. Aunque ya vamos a llegar tarde y mal.

sábado, 12 de julio de 2008

¿ÉXITO O FRACASO?

El éxito y el fracaso van unidos en una misma línea. La diferencia entre conseguir uno u otro es muy pequeña. Además, la distinción es muy personal; depende como se mire, lo que para unos puede significar un fracaso, para otros es un éxito.

La subjetividad influye a la hora de definir lo que supone un éxito o fracaso en nuestras vidas. No hay que olvidar, por otro lado, que a veces el éxito es efímero sino se sabe administrar y dosificar de forma adecuada. Igualmente, los fracasos pueden ser momentáneos y algo que en el momento de su creación o puesta en marcha, pasó desapercibido, alcanza, con posterioridad, una popularidad asombrosa de la forma más inesperada.

Los compañeros éxito y fracaso van de la mano en la misma montaña rusa que hace que tan pronto podamos estar arriba de la cima disfrutando de lo bueno como abajo intentando salir del pozo del olvido.

¿Cuántos excelentes profesionales de diferentes disciplinas, a lo largo de su vida, han realizado un excelente trabajo que ha pasado sin pena ni gloria y el reconocimiento les llega con posterioridad a su muerte? Sabemos que a veces, éste llega tarde porque como todos sabemos la vida no es justa.

Desgraciadamente todos somos un producto y depende del marketing que tengamos detrás llegaremos más o menos alto. Muchas veces, a los encargados de mover la maquinaria publicitaria exitosa, no les gusta vuestro producto porque no le encaja y esto para muchos supone un fracaso. Y tras esta experiencia, deciden tirar la toalla porque se creen que su producto no es bueno.

Efectivamente, ha sido por un lado un éxito porque habéis demostrado que el que os cerró la puerta, tenía razón y eso va a conseguir que su opinión coja peso. Por otro lado,
es un fracaso porque habéis demostrado no que no tengáis talento o valía para ello, sino constancia y perseverancia por lograr llegar lejos.

De elegir esa ruta, la mediocridad os va a acompañar durante toda vuestra vida, a pesar de poder tener talento, porque os importa más una puerta cerrada que continuar trabajando duramente a pesar de no llegar a la popularidad.
La popularidad, aunque os lo creáis, no siempre significa éxito y, mucho menos, que se tenga talento.

A veces un “no” es un gran éxito porque, debido a eso, aprendemos una gran lección que nos ayudara a conseguir un “si” mucho más importante.

Si creemos en nosotros mismos, tenemos la fuerza y el equilibrio suficiente para no desistir a pesar de las dificultades o de la tardanza en conseguir a llegar a ser alguien en nuestra disciplina, lo alcanzaremos. Sin embargo, igual no llega cuando esperamos a pesar de ello el intentarlo habrá sido un éxito y tarde o temprano serás reconocido a pesar de no verlo cuando tu deseas.

No podemos dejar influenciarnos por los demás y tenemos que ser objetivos para poder discernir si el trabajo que hacemos es bueno o malo a pesar de no triunfar. A parte el triunfar o no va a depender de lo que entendamos por esto. Igualmente pasa lo mismo con el fracaso. Por lo tanto,
júzgalo tú mismo y saca tus propias impresiones sin dejarte influenciar por las opiniones externas o cercanas que a veces son contaminantes y perjudiciales.

Hay que conseguir que muchos factores coincidan para llegar a triunfar con rapidez entre los que está la valía aunque, desgraciadamente, va en el furgón de cola de los que más influyen. Los que más influyen son factores no controlables, como la suerte. O factores poco válidos como tener contactos que nos hagan llegar al sitio que les corresponde por méritos propios a otros.

A pesar de esto ¿Estáis dispuestos a intentarlo?

¿QUÉ QUIERE?

Conforme hemos ido avanzando en el progreso siglo a siglo hasta llegar a la era actual nos hemos vuelto cada vez menos exigentes y más conformistas; esto es muy contradictorio y que no tiene ninguna lógica.

Me explicaré para que entendáis mi razonamiento. Ahora mismo, hay una competencia feroz en todos los sectores profesionales y tendríamos que tener como estandarte diferenciador, la calidad del producto a ofrecer y del servicio prestado a nuestros clientes efectivos o potenciales. Sin embargo, esto no es muy habitual encontrarlo. Muchas veces, el producto adquirido, es de malísima calidad por diferentes aspectos;
sin embargo, da igual porque hoy en día, todo vale aunque sea una chapuza. Ciertos profesionales piensan que, una vez vendido, ya no es problema nuestro y están muy equivocados.

El futuro cercano, después de la compra, va a generar muchas reclamaciones aunque, a veces, no todas las que se deberían poner; la gente se ha vuelto muy comodona, dando la impresión de que no quiere problemas.
Habéis pagado por un producto o servicio que tiene que ir en perfecto estado; sino podríais reclamar una rebaja por ser “tarado” en términos de funcionamiento.

La atención prestada es cada vez peor y es complicado encontrarse con verdaderos profesionales, a pesar de haber muchos. Desgraciadamente, los malos profesionales cunden mucho más que ellos. Hoy en día, vas a comprar algo y tienes tu más interés que el trabajador que te atiende
¿Debería ser al revés?

Desde mi modesto punto de vista, sí.
Las personas que trabajan de cara al público están prestando un servicio y lo tienen que dar de forma adecuada, a pesar de no estar contentos o de no ser el trabajo de su vida; los clientes no tienen la culpa de esto.

Y soy consciente de que la atención al público es complicada; hay clientes muy desagradables con los que es difícil tratar, aun así, no dejan de ser clientes y tendremos que armarnos de paciencia y atenderlos educadamente con profesionalidad.
Ponernos a su altura nos deja en muy mal lugar y no ayuda.

Hay profesionales que trabajan de cara al publico que no derrochan amabilidad en absoluto y parece que, más que atendiendo a personas, están domesticando animales salvajes. En España, esto no siempre ha sido así y ahora mismo tendríamos que aprender de la mayoría de los países asiáticos donde se desviven por el cliente y su trato es exquisito. Una sonrisa no cuesta tanto y ayuda a romper el hielo en situaciones tensas.

Cada vez la cosa va peor. Los trabajadores en general no somos lo suficientemente profesionales tirando siempre que tenemos oportunidad balones fuera y nos vale cualquier cosa como válida.


Esto no es así y solo nos puede valer el trabajo perfecto y, si por un casual, algo falla, se asume el error y se da una solución rápida y eficaz. La gente tiene paciencia, siempre y cuando, no se le tome el pelo.

TIEMPOS DIFICILES

Aunque nos lo quieran negar, nuestro país esta viviendo en la actualidad los comienzos de una grave crisis económica que ya se vive en otros países (EEUU) que no ha hecho más que comenzar, según vaticinan recientes artículos de prensa especializada, que indican que, "En el tercer trimestre del año se destruirá empleo en España y la tasa de paro no se reducirá hasta 2011”, según el indicador Avance del mercado laboral (AML) de julio, elaborado por Analistas Financieros Internacionales (AFI) y la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (AGETT).

Primero fue la burbuja inmobiliaria que, tras décadas diciendo que iba a explotar, explotó finalmente porque la cosa había llegado a cifras imposibles de resistir. Este sector se ha hecho de oro durante años debido a que vendían los pisos de nueva construcción por encima de su valor. Eso sí, la gente seguía comprando porque vendían su vivienda de segunda mano también por encima de su precio real para poderse comprar otro. Además, contaban con la ventaja de que los bancos estaban concediendo las hipotecas con mucha facilidad.
Los tipos de interés acompañaban porque estaban muy bajos, lo que beneficiaba al boom inmobiliario.

Sin embargo, las cosas han cambiado en pocos meses. Los tipos de interés comenzaron a subir imparablemente lo que hizo que la economía de muchos españoles se resintiese; esto suponía que tenían que pagar mucho más para pagar sus hipotecas. Los salarios seguían siendo los mismos y ya no daba para más, por muchas cuentas que se hiciesen.
Entonces comienzan los embargos por impago de las hipotecas; los bancos nunca pierden, no lo olviden; ellos están para ganar dinero, como todos.

Esto conlleva que el movimiento inmobiliario se ha parado. Muchos son los que no pueden acceder a una vivienda nueva, a precios prohibitivos. Los bancos, además, no ofrecen tantas facilidades a la hora de pedir una hipoteca. Si además, se tiene la suerte de tener una vivienda para vender y poder, así, permitirse la compra de la nueva, se ve como es muy difícil venderla.

Hasta ahora, la evaluación de la economía venía marcada precisamente por el sector inmobiliario que se movía a pasos agigantados, algo que causaba asombro en otros países europeos. A principios de este año, hemos visto como las constructoras están teniendo problemas. Algunas han cerrado, otras tienen que reducir sus plantillas, y otras, incluso vender terrenos y propiedades para seguir a flote.

Pero, según apuntan los expertos, lo peor aun está por llegar, porque en septiembre se espera que el volumen de despidos sea mucho más alto. Además no va a ser algo pasajero según se indica porque el desempleo, comentan que va seguir aumentando en España hasta llegar a un 20% y que no va a bajar hasta el 2011; así que nos podemos preparar.

En la creación de empleo se ha producido un parón importante a lo largo de este año que hace meses que se nota porque, tanto los portales como los periódicos especializados de empleo, publican muchas menos ofertas de trabajo que en otros años; la crisis repercute a todos los ámbitos en mayor o menor medida. Lógicamente, hay sectores, como el de las telecomunicaciones, que no nota la crisis porque cada vez hay más necesidad de personal para cubrir la demanda que el sector genera. Aquí, el inconveniente es que no hay personal suficiente para cubrir las necesidades de este sector.

Además, el nivel de vida no para de subir. El mes que no nos incrementan los alimentos, es el agua, la luz o sino el combustible que lo hace constantemente. Eso sí, los salarios no suben en la misma medida porque no lo resistirían las empresas. Lo que no tiene lógica es que los ciudadanos somos siempre los perjudicados; cada vez nos cobran más por el mismo servicio, algo que no tiene ninguna lógica. A muchos profesionales no les salen las cuentas y tienen que cerrar sus negocios irremediablemente (ganaderos, pastores, etc.). Eso sí, una parte muy reducida se está “forrando” a costa de todos nosotros.

Aunque no lo quieran reconocer, los comercios han vendido mucho menos y han tenido que buscar fórmulas para incrementar las ventas, con ofertas especiales en épocas que normalmente no tenían este tipo de descuentos. Incluso hay quienes se mofan de la crisis en su publicidad de rebajas. El sector vacacional también lo ha notado; se ha vendido mucho menos que otros años. A estas alturas quedan plazas en cualquier destino que queramos, cuando en épocas vacacionales pasadas, era impensable el encontrar algo a estas alturas de verano. Según rumores han vendido un 60% menos de viajes.

Muchas personas llevan viviendo por encima de sus posibilidades mucho tiempo y ya no pueden más como es lógico.

Aun así, las personas nos conformamos y no protestamos por nada. No nos parece lógico lo que está pasando pero nos resignamos en vez de protestar. Porque todos unidos podríamos conseguir que se tomasen medidas que suavizasen esta situación.

Mientras tantos nuestros gobernantes, independientemente del partido político del que sean, miran a otro lado, como si nada pasase. Según ellos, hay una pequeña crisis pasajera que pasará. Eso sí, al actual gobierno le parece más importante debatir si se puede decir miembra, si llevar corbata o no a los plenos por solidaridad. Asimismo, cada vez más se están flexibilizando las leyes de inmigración de nuestro país a extremos imposibles de controlar. El paro está aumentando a pasos agigantados. La economía, de seguir así, no podrá hacer frente a todo el gasto social que se está generando.

La verdad que no puedo ser demasiado positivo por mucho que lo intento. No vivimos en la mejor de las épocas. Las organizaciones, ahora más que nunca, tienen que controlar sus gastos y aplicar los recortes que sean necesarios para garantizar el trabajo a todos los miembros que las conforman, tomando medidas lógicas y coherentes que ayuden a seguir adelante.

viernes, 11 de julio de 2008

COSTUMBRE ESPAÑOLA

La Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE) determinó recientemente que los hábitos horarios españoles perjudican la salud, el rendimiento laboral e incrementan el número de accidentes de tráfico de los trabajadores españoles durante su jornada. Esto es debido a que nuestros hábitos horarios no favorecen el descanso, ni aportan las horas de sueño suficientes.

Para rendir adecuadamente, hay que descansar el tiempo suficiente. Numerosos estudios establecen que hay que dormir un mínimo de 8 horas diarias para conseguir descansar de forma adecuada y que nos va a permitir levantarnos con las pilas cargadas para rendir con energía al día siguiente. Sin embargo, en España nos acostamos muy tarde y nos levantamos muy pronto durante los días de trabajo y esto supone descansar menos de las 8 horas necesarias. Esto hace que estemos más cansados, descentrados, despistados por no descansar lo suficiente y repercute directamente en nuestra atención y rendimiento en las tareas del trabajo; es decir, nos cuesta hacer nuestras tareas laborales mucho más tiempo por que el descansar menos de lo debido repercute negativamente en nuestra productividad.

Y para producir lo estipulado, tenemos que alargar nuestras jornadas de trabajo. Al salir después de un largo día de trabajo, nos convertimos en una bomba de relojería en la carretera. Nuestros reflejos y atención disminuyen considerablemente. Y para conducir tenemos que estar con mil ojos porque un despiste de una décima de segundo puede costarnos caro.

Si, además, cada vez las empresas están más lejos de la ciudad, es inevitable tener que coger el vehículo. En los últimos tres años, están aumentando peligrosamente los accidentes de trabajo in itinere, al ir o volver de la empresa.

A parte, acudimos a nuestro trabajo de muy mal humor porque el dormir poco hace que estemos más irritados. A la mínima, “saltamos” pagándolo con nuestro entorno de trabajo porque no nos aguantamos ni a nosotros mismos. Si descansáramos el tiempo debido comenzaríamos nuestra jornada de trabajo con otro talante.

Así que, hasta mitad de mañana, muchos “no son personas” en su trabajo y su mejor acompañante es la máquina del café, que hace que funcionen durante esas primeras horas del día a mejor ritmo.

No olvidemos que ciertos entretenimientos no ayudan a mejorar nuestros hábitos horarios: la televisión, por ejemplo; en nuestro país se suelen emitir los programas de mayor audiencia e interés muy entrada la noche, lo que provoca que nos acostemos más tarde. Porque a pesar de disponer de vídeos que nos permitirían grabar esos programas comenzamos a verlos y nos enganchamos porque parece que si nos los vemos en directo nos perdemos algo. Algunas cadenas, además, aprovechan los últimos minutos de un programa para hacer pausas eternas para descubrir el desenlace del capítulo o agarrar nuestra atención para ver el siguiente episodio.

Es un gran problema cultural. Tenemos que reeducarnos en nuestros hábitos horarios. Eso sí, para provocar esto, tienen que cambiar muchas cosas que lo motiven. Las instituciones son las primeras que tienen que mover ficha implantando leyes que obliguen a tomar el camino necesario.

LA JORNADA INTENSIVA

Desde finales de junio hasta principios de septiembre muchos españoles disfrutamos de jornada intensiva. Creo que no es descabellado afirmar que casi todos, “soñamos con un horario de funcionario” de lunes a viernes de 8 a 15. Bueno, esa es la teoría, aunque los rumores generales dicen que los funcionarios, no suelen respetar la hora de llegada, de salida, ni siquiera, el horario del resto del día… Pero eso será tema para otra entrada de este blog.

Aun son muy pocas las empresas en nuestro país que lo han implantado de forma generalizada durante todo el año. Aun así, aquellas que lo tienen implantado no han presentado un estudio objetivo que demuestre que llevar este tipo de horario reduzca o mejore la productividad de sus empleados.
Si se demostrase que con jornada intensiva de 8 a 15 se mejora la productividad o que no se reduce la misma haría cambiar la mentalidad radicalmente a los detractores de este tipo de medidas horarias.

Yo apuesto firmemente porque este es el horario del futuro que va a permitir conciliar vida laboral y familiar a la perfección. Sin embargo, para poder llegar a esto de forma generalizada las organizaciones se tienen que preparar.
De esta forma tendrán que tener una estructura productiva muy organizada para que sus trabajadores sepan a donde tienen que llegar en términos de rendimiento.

A esto va a ayudar tener establecidos unos objetivos claros y alcanzables por puesto de trabajo que hará mantener el nivel de productividad a pesar del nuevo horario.

Por supuesto, es imprescindible que las organizaciones hagan una fuerte inversión para implantar las tecnologías adecuadas en su organización que van a permitir automatizar muchos procedimientos, gracias a la instalación de programas de gestión, que reducirán considerablemente el número de tareas manuales a realizar. El tener este tipo de herramientas nos va a permitir ahorrar tiempo y poder dedicarlo a otras tareas.

Los trabajadores que llevan horario de 8 a 15 son conscientes de que, después de trabajar, tienen toda la tarde libre para poder dedicarse a su vida familiar y personal.
Esto, produce un cambio en los empleados, consiguiendo que vayan de mejor humor al trabajo. De forma inconsciente, vas a ser más operativo en tu puesto de trabajo porque te vas a gestionar mejor para llegar a todas las tareas asignadas.

Por otro lado, con la implantación generalizada de la jornada intensiva de 8 a 15
va a reducir, diría yo, considerablemente, el índice de absentismo laboral ya que va a producir un cambio en la forma de percibir el trabajo.

Con este tipo de horarios, se trabajan las mismas horas, aunque estamos menos horas a la semana en la empresa y, por lo tanto, requiere cambiar la mentalidad.

Hasta poder llegar a esto de forma satisfactoria nos queda mucho camino por recorrer. Antes de implantar estas medidas, las organizaciones de nuestro país tienen que prepararse a conciencia en muchos aspectos.
Las personas que las integramos tenemos que ser muchos mas organizadas en conjunto. Coordinarnos mucho mejor.

Además, habrá que establecer procedimientos adecuados de comunicación entre los diferentes departamentos que eviten dosificar esfuerzos. Debemos ayudarnos entre todos para mantener los niveles de productividad; es decir, debe producirse una distribución equitativa del trabajo entre departamentos. Para esto, el departamento de personal tendrá que ser un experto distribuidor de las personas de su compañía en función de la carga de trabajo de cada equipo en cada momento.

Esto comienza por no considerar a las personas de nuestro departamento “de nuestra propiedad” sino de la compañía para que, en cada momento, estén donde más se les necesite.
Esto, supondrá que todos seamos más polivalentes, en la medida de lo posible, claro está. No todo el mundo está capacitado o preparado para desempeñar una función en particular.

Los empresarios tienen que darse cuenta que no por estar más horas al día en la oficina se produce más. La cuestión es que el nivel de productividad no va unido proporcionalmente al número de horas que se trabajan.

Los trabajadores, con este tipo de medidas de conciliación, van mucho más motivados a trabajar y hace que las horas que están en el trabajo estén mucho más centrados y concentrados, dedicando toda su atención a trabajar porque saben que tienen el resto del día para poder dedicarse a sus cosas personales.

Los trabajadores no tienen que olvidar que las medidas de conciliación les benefician, sin embargo, para que no se eliminen tienen que demostrar a los empresarios que se aplican, manteniendo y aumentando la productividad de la compañía.
Esto les va a requerir más esfuerzo y dedicación a su trabajo durante su horario para poder llegar al nivel de productividad necesario.

Los empresarios tienen un ejemplo negativo de la jornada intensiva: el de "La Administración" donde los funcionarios de forma generalizada llevan jornada intensiva de 8 a 15 y su productividad es francamente baja porque hay mucho trabajo retrasado.
Eso sí, la diferencia es que los funcionarios tienen plaza fija y es imposible echarles, aun cuando su trabajo sea deficiente, algo, que tampoco es justo.

Por lo tanto, animo a los empresarios españoles a abrir la mente y a comenzar a preparar a sus organizaciones para dar el salto a la jornada intensiva.

miércoles, 9 de julio de 2008

¿SEGUIMOS DE CERCA A NUESTRAS PLANTILLAS?

El departamento de recursos humanos tiene que ser el encargado fundamental de gestionar adecuadamente a las personas que trabajan en su organización. No olvidemos que los “clientes” internos de este departamento son todos los empleados y como tales, tenemos que preocuparnos por ellos, además de tener un contacto directo para estar al tanto de sus problemas, necesidades, etc., para intentar ayudarles a ellos y a la organización.

De esta forma, los trabajadores se van a sentir parte importante de la organización viendo que se les valora teniendo en cuenta su opinión. Esto repercute positivamente en la empresa que va retener el talento para ella y va a tener un índice de rotación muy bajo.

El departamento de personal tiene que ser el nexo de unión entre la dirección de la empresa y los trabajadores. Ha de tener una labor mediadora importante ayudando en todo momento a resolver los conflictos de diversa índole que se puedan producir entre ambas partes.
Tiene que escuchar a las dos partes.

Por supuesto, los miembros del departamento de personal tienen que cumplir las directrices de la dirección de la empresa; sin embargo,
hay veces que tenemos que hacer ver a la cúpula, qué decisiones son las más acertadas para mantener a las personas de la organización contentas.

Debemos asesorar qué tipo de medidas son las más acertadas en cada momento para gestionar correctamente a las personas que forman parte de la organización.

Lógicamente cuando las personas se incorporan a la organización, el departamento de recursos humanos tiene que hacerles una acogida correcta y, posteriormente, seguir de cerca la evolución mediante un seguimiento especial hasta que superen el período de prueba y la integración en el equipo de trabajo sea plena.

Sin embargo, recursos humanos tiene que estar cercano a los trabajadores en todo momento. No solo hay que seguirles de cerca durante los primeros meses sino durante todo el tiempo que permanezcan el la organización.

Tenemos que estar disponibles para lo que puedan necesitar. Por lo tanto, tenemos que estar accesibles a ellos para que puedan vernos como un departamento en el que puedan confiar en caso de que tengan un problema o incidencia, para poder comenzar la labor resolutiva de cara a encontrar una solución que beneficie a todos.

Hay veces que nos enteramos de conflictos, problemas, malentendidos, esfuerzos, decepciones de los miembros de la empresa cuando ya es demasiado tarde para encontrar una solución debido a
que la labor mediadora ya no sirve de nada por que las posturas drásticas de las partes implicadas han llevado a tomar decisiones poco beneficiosas para la organización.

Está claro que habrá veces que, aunque ejerzamos una labor mediadora, no podremos conseguir una solución que contente a todas las partes y que el trabajador pueda decidir abandonar la organización;
eso si, al menos se ha intentado y ese trabajador no podrá decir que la empresa no se ha preocupado por él hasta el ultimo instante.

Así que es muy beneficioso que, varias veces al año, el departamento de recursos humanos mantenga entrevista de seguimiento con todos los miembros de la organización, independientemente del puesto que ocupen para, así,
poder conocer el sentir de la totalidad y poder detectar posibles problemas o incidencias que pueden estar activas en ese momento.

Para contar con la colaboración de toda la plantilla hay que explicar detalladamente los motivos de estas entrevistas. Igualmente, hay que garantizar la confidencialidad de la información que nos faciliten. Hay que indicarles qué se va a hacer con los resultados globales obtenidos, para que tengan toda la información.

La idea de estas entrevistas
es obtener resultados globales sobre las diferentes políticas y procedimientos de la organización para ver si las valoraciones totales son positivas o negativas y, en función de ello, presentarle un informe detallado a la dirección con medidas concretas que puedan ayudar a mejorar los aspectos necesarios.

También sirven estas charlas individuales con todos los empleados para conocer cómo se encuentra cada trabajador a nivel individual dentro de su equipo y dentro de la organización. Ver sus aspiraciones, necesidades, problemas… Es decir,
preocuparnos por nuestros “clientes” internos para intentar ayudarles dentro de lo posible.

Se trata de escucharles porque
ellos son el termómetro que nos va a marcar la temperatura de la organización indicándonos si la salud de la misma es saludable o si, por el contrario, corre grave peligro.

Normalmente, esto no se realiza desde los departamentos de personal poniendo como excusa la falta de tiempo u otro tipo de excusas. Está claro que lleva una inversión de nuestro tiempo de trabajo importante pero de vital importancia. Somos los encargados de la gestión de las personas y, como tal, tenemos que saber en todo momento como se encuentran buscando distintas alternativas que nos den esta información. Esto es inversión de tiempo y no perdida del mismo para recursos humanos.


No olvidemos que tenemos que anticiparnos, dentro de lo posible, a los problemas. Tenemos que saber percibir cuando se avecina una tormenta en la organización para tener las alternativas precisas para dar una solución a la misma.

En poco tiempo, vamos a ver los resultados positivos de esta dedicación a las personas. Veremos como la plantilla está más contenta a nivel general porque se sienten escuchados y valorados. Esto va a traducirse en menos índice de rotación y de absentismo laboral. Por otro lado, a parte de captar nuevo talento vamos a mantener el que ya tenemos porque van a ver a tu organización como un buen sitio para trabajar y desarrollar su carrera.

Por supuesto, el tener un dialogo constante con toda la plantilla no quiere decir que estemos de acuerdo con todas sus opiniones o que siempre tengan razón.
No se trata de esto, sino de conocer los diferentes puntos de vista sobre las políticas, decisiones, etc., para, de esta forma, buscar una solución lo más consensuada posible. Hay que escuchar más.

El departamento de personal, en muchas ocasiones, se apoya en los mandos intermedios para conocer, a través de ellos, cómo se encuentran los trabajadores a su cargo.
Esto está bien siempre que sea una herramienta complementaria de apoyo o ayuda a su labor de contacto directo con todos los trabajadores.

Es un error el usar exclusivamente el contacto con los mandos superiores o intermedios para conocer de primera mano como están las personas de nuestra empresa. Recursos humanos es un ente independiente
que tiene que conocer cómo se encuentran las personas de primera mano, por ellos mismos y no por la percepción de terceras personas que nos pueden ocultar situaciones que no les convienen que salgan a la luz.

Desgraciadamente, en España aun estamos muy lejos de esto porque muchos departamentos de recursos humanos dedican más del 60% de su tiempo a labores de personal de diversa índole administrativa de mayor o menor importancia, dedicando menos de un 15% a la gestión directa de las personas.
La dirección de las empresas tiene la última palabra para conseguir que esto cambie. Tienen que dar poder de decisión a recursos humanos. Como colaborador directo, la cúpula directiva tiene su feedback en las decisiones estratégicas de gestión de personas.

En un futuro, lo que va a marcar la diferencia de unas y otras organizaciones van a ser las políticas de gestión de personas.
Así que hay que cambiar de mentalidad, haciendo políticas activas y no reactivas en la gestión de recursos.

martes, 8 de julio de 2008

VACACIONES, YO SÍ TÚ NO, ¿ESTÁ BIEN?

A finales de junio, colaboré en un artículo en el periódico El País en el que comentaba los conflictos más habituales a la hora de solicitar las vacaciones de verano.

Para estas fechas, la gran mayoría de los españoles ya tenemos organizadas nuestras vacaciones de verano. Aunque también es cierto que, este año, por el tema de la crisis, quedan, a estas alturas, muchos destinos disponibles, algo que no pasaba en años anteriores.

Los trabajadores deben comenzar a solicitar sus vacaciones de verano sobre el mes de abril para que, así, el departamento de recursos humanos pueda recopilar todas las peticiones y comenzar a organizar con los responsables de cada equipo de trabajo los turnos de vacaciones. Siempre se van a producir coincidencias entre personas del mismo equipo, que habrá que resolver de alguna forma que beneficie a las partes implicadas.

Lo que no tiene sentido es pretender que los trabajadores nos hagan llegar sus peticiones de vacaciones a principios de año. Por qué en enero ¿quién sabe las vacaciones que va a solicitar? Los planes no se hacen con tanta antelación, por lo tanto, tienen que ser plazos lógicos.

En verano, todo el mundo suele querer las mismas fechas; en los casos en que coinciden los días entre varias personas, hay que desempatar de alguna manera. De todas formas, la distribución de los turnos genera mucha tensión e incluso, donde la organización lo permite, se producen trueques entre compañeros de sus turnos de vacaciones; lo importante es la prestación del servicio y no quien lo preste, algo peligroso si no se regula adecuadamente.

Para regularlo de forma clara es fundamental establecer criterios de adjudicación. Por ejemplo, muchas empresas priman la antigüedad de los trabajadores.

La ley de conciliación indica que, en el supuesto de que exista coincidencia en los turnos de vacaciones, el orden de preferencia para elegir será el siguiente:

1.- Los trabajadores con responsabilidades familiares.
2.- Los trabajadores con mayor antigüedad en la empresa.
3.- Los trabajadores con mayor antigüedad en la categoría.

Otras veces, se realizan sorteos de los turnos de vacaciones, criterio muy injusto porque hay gente “con estrella” que termina siempre teniendo las mejores fechas y otros que nacieron “estrellados”, a los que nunca la fortuna les sonríe. Así que el azar no se puede permitir para la distribución de las vacaciones por razones de coherencia.

Desde mi punto de vista, la mejor solución es el sentido común. "Debería primar la flexibilidad a la hora de disfrutar de las vacaciones. Es decir, para llegar a un consenso es necesario que todo el mundo ponga de su parte".

Estos criterios de adjudicación, en caso de coincidencia de fechas entre trabajadores, no son justos. Cualquier medida de discriminación, negativa o positiva, hacia ciertos grupos de trabajadores es negativo porque ¿qué pasa con las personas que están fuera de esos grupos?

Si lo vemos según la ley de conciliación las personas que no tengan cargas familiares, las personas con menor antigüedad en la empresa o en la categoría nunca van a poder elegir y tendrán que quedarse con las fechas que nadie quiere. Hay que conciliar para todos los grupos de trabajadores y no solo para unos pocos. Todos tienen derecho a elegir las fechas que más les convengan, sin perjudicar demasiado al resto.

Es cierto que es complicado y que muchas veces nos encontramos con verdaderos rompecabezas y para casar todas las piezas hay que buscar alternativas consensuadas.

En las organizaciones que hay coincidencia de fechas en temporada estival y otras épocas conflictivas donde hay mayor prestación de servicio para estas fechas se distribuyen los turnos de vacaciones de forma equitativa por temporadas, es decir, el que tiene predilección por cogerse el verano en otras temporadas del año como semana santa o navidad tiene que acogerse a lo que quede porque él ya eligió en otra ocasión. Posteriormente estos turnos van rotando anualmente y es la mejor forma de ser equitativos entre todos los grupos de empleados.

De todas formas, se ha producido un cambio en los períodos vacacionales a solicitar por los trabajadores de nuestro país. Hace unos años, el mes de agosto las grandes urbes se convertían en ciudades fantasmas; ahora ya no. En la actualidad, cada vez más, se disfrutan de vacaciones a lo largo de todo el año y cada año, más trabajadores disfrutan sus vacaciones en fechas de temporada baja, en meses fuera del período estival, siempre que coincidan con su círculo cercano. Su bolsillo lo va a notar porque los viajes, en estas épocas del año, son mucho más económicos, encontrando verdaderos chollos.

Dentro de cada departamento no deberían coincidir a la vez todos sus miembros aunque no sea un departamento de atención al cliente o al usuario, porque siempre tiene que haber alguien que pueda hacerse cargo de alguna emergencia. Todos tendremos que ser buenos compañeros y antes de cerrar las fechas de ningún viaje, lo tendremos que consultar y consensuar con ellos. Unas veces tendremos que ceder nosotros y otras, ellos. Con la colaboración de todos, no habrá ningún problema y todos podremos disfrutar las fechas buscadas para coincidir con nuestro círculo más cercano.

Muchas organizaciones permiten, por ello, a sus trabajadores disfrutar de las vacaciones a lo largo de todo el año, es decir, sin establecer, de modo obligatorio el tener que disfrutar de una fracción de días en verano o invierno. Esto va a generar muchos menos conflictos a la hora de hacer la distribución. Todavía, los meses de verano, siguen siendo los preferidos por la mayoría de los trabajadores aunque cada año más, va a ir variando.

Las empresas de sectores industriales suelen parar su actividad en el mes de julio o agosto, por lo que determinan que sus trabajadores disfrutarán de sus vacaciones durante el mes de cierre de la fabrica. Aquí no hay conflicto posible.

También va a depender mucho de cada sector empresarial y de cada empresa concreta porque cada organización es un mundo a parte.

La regulación general de las vacaciones se encuentra en el artículo 38 del Estatuto de los trabajadores que establece un período mínimo de 30 días naturales de vacaciones para cada trabajador por año completo de servicio. Esto es lo mínimo, por lo tanto, luego los convenios colectivos de cada sector u organización, pueden contemplar mejoras al respecto, como lo suelen hacer.

Es muy habitual que los convenios establezcan el cómputo global en día hábiles ya que, de esta forma, no se consideran días de vacaciones los fines de semana ni los festivos que pillen entre medio de las solicitudes de vacaciones, es decir, solamente cuentan días efectivos de trabajo. Debéis conocer lo que establece vuestro convenio colectivo sobre la política de vacaciones para estar informados y evitar sorpresas.

También el artículo 38 Estatuto de los trabajadores establece que, las vacaciones habrán de decidirse de forma consensuada entre las dos partes implicadas (trabajador y empresario) de conformidad a lo establecido en el correspondiente convenio colectivo sobre distribución de las vacaciones. Por lo tanto, el trabajador podrá elegir, al menos, la mitad de sus vacaciones y el empresario podrá determinar la otra mitad. Aunque, desgraciadamente, no siempre suele respetarse.

Si no se llega a un acuerdo para decidir las vacaciones, los trabajadores disponen de 20 días para reclamar los servicios de la Inspección de Trabajo. En caso de desacuerdo absoluto entre las partes, la jurisdicción competente fijará las fechas concedidas para el disfrute de las vacaciones siendo su decisión irrecurrible por ambas partes.

Se dice que hablando se entiende la gente, por lo tanto, el dialogo es la mejor opción antes de llegar a medidas tan drásticas. Poniendo todos los implicados de su parte, se conseguirá llegar a un acuerdo que beneficie a todos.

Refunfuñando no solucionaremos nada. Así que, dejemos el egoísmo a un lado y pensemos más en todos. El mundo no gira solo a nuestro alrededor y a parte de nosotros también existen más personas que tienen el mismo derecho a elegir que nosotros.